
Como un hada madrina, la mamá de Ray les brindó su toque mágico para que sigan adelante con las mismas ganas que hasta ahora.


Alicia los despidió con estas palabras:
Los esperamos de regreso, siempre...«Ustedes han entendido el verdadero sentido de la amistad, el sentido del compartir la vida, y ustedes han logrado que este tiempo en el Piaget haya sido realmente divertido. Cuando se consigue esa unión, todo es más simple y el esfuerzo se siente menos.
Me pregunto cómo lo hicieron y veo que es tan fácil la respuesta: lo hicieron porque ahí están Aldi, Aylén, Marcos, Rayán, Cami, Adriel y Carla. Los siete han tenido la capacidad de mostrarnos a los adultos, sus padres y sus maestros, que la vida no es lo que pasa, sino lo que hacemos con lo que pasa.
Ustedes han hecho que la alegría de Aylén sea lo cotidiano, la sonrisa de Rayán sea lo común, la sinceridad de Aldi sea lo obvio, el despiste de Cami sea lo necesario, el “si no la gana la empata” de Marcos sea lo divertido, las lágrimas con risa de Adriel sea lo inocente, y los gritos de Carla sea lo atendible.
Es maravilloso para mí el darme cuenta de que fui partícipe y compartí la niñez de estos pájaros que ahora saldrán a volar tomando rumbos diferentes. Es sentir que mi vida también tiene sentido, es sentir que se sigue cumpliendo la utopía del Piaget, de un colegio donde lo más importante es el aprender a SER; a ser bueno, verdadero, bondadoso, solidario, respetuoso, compañero, amigo.»
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